Hace 5 años | Por disoluta_d a perrocronico.com
Publicado hace 5 años por disoluta_d a perrocronico.com

Afuera es mediodía. Su cuarto está sumergido en una penumbra en la que se mueve con naturalidad entre los botecitos de antinflamatorios. Junto a su cama hay un pequeño botiquín con Pregabalina, un fuerte anti-convulsionante; Fluoxetina, un antidepresivo para aliviar las sensaciones de dolor. Para casos más atormentadores, tiene opioides y extractos de marihuana

Comentarios

Mateila

La pregabalina NO es un "fuerte anticonvulsivante".

gansuelo

Sin ser fibromiálgico tengo un cuerpo que también pacede. Y el dolor es una fuente primaria de información, bendito motor.

Veía a una mujer en una sala del hospital aquejándose de un dolor en el tobillo ( y hablaba del tobillo como si no fuera con ella la cosa, la responsabilidad de su estado). Le pusieron tramadol por goteo (pobre, pensé, si ella hubiera tenido la suerte de probar el tramadol por ocio sabría que tiene un filo de dolor, que hubo días de dolor relacionado al uso del fármaco).

Y leyendo el artículo pienso en un cuerpo que hace poesía del dolor. Para un rato está bien atravesar unas fiebres, revolcarse en el dolor, bañarse en el frío. Pero coño, pobre cuerpo, pobres tejidos quietos tirados como trapos en una cama, así también llorarían la actina y la miosina de mis fibras musculares. Si me pongo en su lugar, que alguna vez me acerco, que hambre del dolor por el uso: hambre de sentir un sabor ferroso en la garganta por correr, hambre de los músculos agotados del esfuerzo, hambre de construir densidad osea a golpes. Hambre de un dolor nuevo.

D

#2 Y así amigos, se inventó la sopa de pollo