Siempre ha habido un gran interés por domesticar y adiestrar a las cebras como animales de monta y enganche. En la década de 1760, el naturalista francés Buffon creía que las cebras podrían sustituir a los caballos y en París se rumoreaba que los holandeses ya habían adiestrado a un equipo de cebras para tirar de un carro. Para los colonizadores europeos que gobernaban África en el siglo XIX y principios del XX, la resistencia de las cebras a las enfermedades transmitidas por la mosca tsetsé era algo que merecía la pena aprovechar.
Comentarios
En una generación imposible. Pero si se hace la selección durante unas 20 generaciones, apuesto a que es posible. A los zorros plateados me remito.