«Un norteamericano y un alemán protagonizan la gran jugada propagandística previa a la Segunda Guerra Mundial. La paradoja era que Schmeling era alemán, pero no era nazi, aunque la propaganda de Hitler se enamorara de él. Mientras que Louis era negro, vivía en un país donde tenían restringidos los derechos. La situación llevó a que El presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, recibiera a un negro en la Casa Blanca, algo insólito, y Adolf Hitler alabara a un boxeador cuyo mánager es judío...»
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Esta sincera amistad entre boxeadores ya retirados, como la de Joe Louis y Max Schmelling, es algo que se ha visto en muchas ocasiones, como la de Floyd Patterson e Ingemar Johansson, o la de tres gigantes de la división de pesos pesados como fueron Ali, Frazier, y Foreman.
Joe Louis, por cierto, está considerado como uno de los mejores pesos pesados de todos los tiempos, aunque este debate suele ser algo subjetivo. Ahí figuran grandes nombres como Ali, o Rocky Marciano.
Louis, otanejo!