Hace 5 años | Por Thornton a es.rbth.com
Publicado hace 5 años por Thornton a es.rbth.com

Sólo la buena suerte durante una colisión entre un submarino soviético y un portaaviones estadounidense evitó un desastre nuclear o incluso el comienzo de una nueva guerra mundial. Los marineros soviéticos del submarino nuclear K-314 ni siquiera podían imaginar en la mañana del 21 de marzo de 1984 que, más tarde, ese mismo día, embestirían al portaaviones americano USS Kitty Hawk.

Comentarios

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Si las armas nucleares a bordo de los dos buques hubieran explosionado, no sólo habrían provocado una catástrofe ecológica, sino también un grave conflicto entre las dos superpotencias.


Basta llegar aquí para ver que el que ha escrito el artículo ha oído campanas, y no sabe de dónde vienen.

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Mucho calado. Y callado.