Media hora antes del fin del partido inaugural del Mundial de Qatar, las gradas comenzaron a vaciarse. Al finalizar, medio estadio estaba vacío. Esa idea de que un aficionado anima a su selección hasta el último minuto, aunque vaya perdiendo, a la espera de la remontada milagrosa era completamente extraña para los adinerados espectadores. Quizá estaban pensando en otra imagen singular anterior al partido: ahorrarse los gigantescos atascos de coches particulares en la ida al estadio.
Comentarios
Genial la última frase del artículo: "No se piden cuentas a los gladiadores por el estado de la arena del circo y las condiciones laborales de los empleados. Ellos están sólo para obedecer órdenes y dar espectáculo. Se presentan como una mezcla de esclavos y millonarios, una de las grandes innovaciones de nuestro tiempo".
Acaso alguien pensaba que tendrían derecho para asistir, teniendo a la mayor mafia respaldándolos?!...