Hace 7 años | Por Cleóbulo a blogs.20minutos.es
Publicado hace 7 años por Cleóbulo a blogs.20minutos.es

A falta de mar donde arrojar la botella con el mensaje, Marcos León sacó del bolsillo su lápiz de grafito, chupó (por costumbre) la afilada punta y eligió para dejar a la posteridad el triste epitafio de su pueblo el lugar más sagrado que allí quedaba, el coro de la parroquia. Dice así:

Comentarios

P

😥

D

Curioso.