En las montañas de Tian Shan, noreste de Uzbekistán, está la cueva Obi-Rakhmat. Por décadas ha sido un rompecabezas para los arqueólogos, un lugar que guarda secretos de nuestros antepasados más lejanos. Ahora un equipo internacional hizo un descubrimiento extraordinario en sus capas más profundas: pequeñas y afiladas puntas de piedra que, aseguran, no son simples herramientas, sino la evidencia más antigua de armas de proyectil ligeras, posiblemente flechas, datadas hace unos 80.000 años. [ Paper:
doi.org/10.1371/journal.pone.0328390 ]