Las flechas medievales causaron heridas similares a las heridas de bala de hoy, según los arqueólogos que analizan los restos humanos recientemente descubiertos. Los huesos, recuperados de un convento dominico en Exeter, muestran flechas disparadas desde arcos largos que podrían penetrar a través del cráneo humano, creando heridas de entrada y salida grandes.
#2:
#1 Algo así lo cuenta casi literalmente Gonzalo Fernández de Oviedo, que es cronista digno de entero crédito. Cito ese caso y alguno más:
En esta batalla o recuentro fueron heridos muchos españoles, e al comendador le dieron un flechazo que le pasaron la pierna y entró la flecha por la silla del caballo. De la cual herida dice en su relación que quedó lisiado, de manera que la una pierna le quedó más corta que la otra cuatro dedos. Y en este pueblo les fué forzado estar cinco días, porque se curasen él e los demás.
El gran Francisco de Orellana, le cuenta lo siguiente a Oviedo, que lo recoge fielmente: permitió Nuestro Señor, por mis defectos, que me dieron un flechazo sobre un ojo, que me pasó la cabeza e sobró la flecha dos dedos de la otra parte detrás de la oreja, algo más arriba
Sobre una notable cacería de una pantera, nos cuenta la siguiente historia: Siguióse una vez que un ballestero dió una saetada a un gato grande destos negros, e dióle por a par de una oreja e pasó la saeta más de un palmo de la otra parte; de manera que tanta asta tenía de fuera, por la parte de las plumas, como de la del cuadrillo o fierro.
De cómo Pedro Zapata el Tuerto ganó ese apodo: fue gentil cauallero e de vna saetada en vna escaramuça en la vega de Granada le quebraron vn ojo, e después fue capitán de los Rreyes Cathólicos de çient onbres de armas
#1:
Normal. Y eso que los arcos largos no eran las armas más potentes de la época. Un virote lanzado por una ballesta de armatoste podía atravesar la pierna de un caballero y el caballo, y aún tener fuerza para clavarse en tierra. Aunque claro, el arco largo era más capaz de mantener un ritmo de fuego elevado y disparar auténticas nubes de flechas, que por lo que dice el articulo gracias a las flechas giraban en sentido horario, igual que las armas de fuego hoy en día.
Normal. Y eso que los arcos largos no eran las armas más potentes de la época. Un virote lanzado por una ballesta de armatoste podía atravesar la pierna de un caballero y el caballo, y aún tener fuerza para clavarse en tierra. Aunque claro, el arco largo era más capaz de mantener un ritmo de fuego elevado y disparar auténticas nubes de flechas, que por lo que dice el articulo gracias a las flechas giraban en sentido horario, igual que las armas de fuego hoy en día.
#1 Algo así lo cuenta casi literalmente Gonzalo Fernández de Oviedo, que es cronista digno de entero crédito. Cito ese caso y alguno más:
En esta batalla o recuentro fueron heridos muchos españoles, e al comendador le dieron un flechazo que le pasaron la pierna y entró la flecha por la silla del caballo. De la cual herida dice en su relación que quedó lisiado, de manera que la una pierna le quedó más corta que la otra cuatro dedos. Y en este pueblo les fué forzado estar cinco días, porque se curasen él e los demás.
El gran Francisco de Orellana, le cuenta lo siguiente a Oviedo, que lo recoge fielmente: permitió Nuestro Señor, por mis defectos, que me dieron un flechazo sobre un ojo, que me pasó la cabeza e sobró la flecha dos dedos de la otra parte detrás de la oreja, algo más arriba
Sobre una notable cacería de una pantera, nos cuenta la siguiente historia: Siguióse una vez que un ballestero dió una saetada a un gato grande destos negros, e dióle por a par de una oreja e pasó la saeta más de un palmo de la otra parte; de manera que tanta asta tenía de fuera, por la parte de las plumas, como de la del cuadrillo o fierro.
De cómo Pedro Zapata el Tuerto ganó ese apodo: fue gentil cauallero e de vna saetada en vna escaramuça en la vega de Granada le quebraron vn ojo, e después fue capitán de los Rreyes Cathólicos de çient onbres de armas
#2 no recuerdo dónde lo leí, pero yo lo de atravesar al caballero y caballo ocurrió durante el asedio de Algeciras, creo. Había tres clases de ballestas, según su potencia: las que se cargaban a mano, usando el cuerpo, y las que necesitaban de un "armatoste" para cargarse. Palabra que se quedó en la lengua castellana para referirse a algo grande y aparatoso.
Hay una blog, que tuvo problemas en Menéame (creo que el autor prohibió que se postearan aquí sus artículos), donde el autor explica de maravilla todo tipo de armamento, no solo medieval, así como fortalezas y curiosidades militares
#3 sería esa manivela que lleva acoplada por detrás.
Por supuesto que cuanto más fuerza tenía una ballesta, más lenta era su recarga. Por eso, generalmente los ballesteros con este tipo de ballestas se usaban o bien para defender zonas amuralladas bien protegidas (digamos que hacer de francotiradores de los sitiadores), o bien para hostigar a los defensores de una muralla protegidos por unas especies de parapetos de madera, detrás de la cual hacian la recarga del arma. En una batalla campal podrían hacer como mucho dos o tres disparos antes de que el enemigo se les viniera encima, y ahí eran ya hombres muertos...
#5 Paveses se llaman esos parapetos, aunque había otra táctica algo más antigua y sencilla que consistía en clavar en el terreno una estaca afilada en un ángulo de unos 50 grados y que servía de defensa al arquero o ballestero en caso de que hubiese caballería con ganas de pillarles.
#8 gracias. No recordaba la palabra. Realmente en campo abierto, la caballería tenia bastante ventaja, por tener mucha más movilidad, ya que lo mismo te podía atacar de frente o de flanco, o incluso realizar amagos o tornafuyes (bonita palabra, vive Dios). Solo en algunos casos, como en Crecy, los caballeros franceses se comportaron como burros y atacaron como atacaron. El resto es historia...
#6 Si. Yo hace mucho que entro en Menéame, al menos diez o doce años, pero solo leía los comentarios. Me registre hace año y medio, aprovechando un parón laboral, y que ya los críos van dando menos guerra. Y recuerdo que de buenas a primeras se empezaron a menear muchos de los artículos que hace el autor, y sé que hubo follón por tema de copyright, creo recordar. Y castra in Lusitania, que es como se llama la página, es una maravilla donde a menudo me pierdo entre sus múltiples artículos. Y el autor, un crack, que aparte del curro que se pega en la página, ha escrito unas cuantas novelas y responde a casi todos los comentarios que se le hace. Un rincón magnífico de internet...
Comentarios
Normal. Y eso que los arcos largos no eran las armas más potentes de la época. Un virote lanzado por una ballesta de armatoste podía atravesar la pierna de un caballero y el caballo, y aún tener fuerza para clavarse en tierra. Aunque claro, el arco largo era más capaz de mantener un ritmo de fuego elevado y disparar auténticas nubes de flechas, que por lo que dice el articulo gracias a las flechas giraban en sentido horario, igual que las armas de fuego hoy en día.
#1 Algo así lo cuenta casi literalmente Gonzalo Fernández de Oviedo, que es cronista digno de entero crédito. Cito ese caso y alguno más:
En esta batalla o recuentro fueron heridos muchos españoles, e al comendador le dieron un flechazo que le pasaron la pierna y entró la flecha por la silla del caballo. De la cual herida dice en su relación que quedó lisiado, de manera que la una pierna le quedó más corta que la otra cuatro dedos. Y en este pueblo les fué forzado estar cinco días, porque se curasen él e los demás.
El gran Francisco de Orellana, le cuenta lo siguiente a Oviedo, que lo recoge fielmente:
permitió Nuestro Señor, por mis defectos, que me dieron un flechazo sobre un ojo, que me pasó la cabeza e sobró la flecha dos dedos de la otra parte detrás de la oreja, algo más arriba
Sobre una notable cacería de una pantera, nos cuenta la siguiente historia:
Siguióse una vez que un ballestero dió una saetada a un gato grande destos negros, e dióle por a par de una oreja e pasó la saeta más de un palmo de la otra parte; de manera que tanta asta tenía de fuera, por la parte de las plumas, como de la del cuadrillo o fierro.
De cómo Pedro Zapata el Tuerto ganó ese apodo:
fue gentil cauallero e de vna saetada en vna escaramuça en la vega de Granada le quebraron vn ojo, e después fue capitán de los Rreyes Cathólicos de çient onbres de armas
#2 no recuerdo dónde lo leí, pero yo lo de atravesar al caballero y caballo ocurrió durante el asedio de Algeciras, creo. Había tres clases de ballestas, según su potencia: las que se cargaban a mano, usando el cuerpo, y las que necesitaban de un "armatoste" para cargarse. Palabra que se quedó en la lengua castellana para referirse a algo grande y aparatoso.
Hay una blog, que tuvo problemas en Menéame (creo que el autor prohibió que se postearan aquí sus artículos), donde el autor explica de maravilla todo tipo de armamento, no solo medieval, así como fortalezas y curiosidades militares
#3 Una suerte de rueda dentada que se hacia girar para tensar la cuerda ¿no?
El problema es que esas eran todavía mas lentas que las otras.
#3 sería esa manivela que lleva acoplada por detrás.
Por supuesto que cuanto más fuerza tenía una ballesta, más lenta era su recarga. Por eso, generalmente los ballesteros con este tipo de ballestas se usaban o bien para defender zonas amuralladas bien protegidas (digamos que hacer de francotiradores de los sitiadores), o bien para hostigar a los defensores de una muralla protegidos por unas especies de parapetos de madera, detrás de la cual hacian la recarga del arma. En una batalla campal podrían hacer como mucho dos o tres disparos antes de que el enemigo se les viniera encima, y ahí eran ya hombres muertos...
#5 Paveses se llaman esos parapetos, aunque había otra táctica algo más antigua y sencilla que consistía en clavar en el terreno una estaca afilada en un ángulo de unos 50 grados y que servía de defensa al arquero o ballestero en caso de que hubiese caballería con ganas de pillarles.
#8 gracias. No recordaba la palabra. Realmente en campo abierto, la caballería tenia bastante ventaja, por tener mucha más movilidad, ya que lo mismo te podía atacar de frente o de flanco, o incluso realizar amagos o tornafuyes (bonita palabra, vive Dios). Solo en algunos casos, como en Crecy, los caballeros franceses se comportaron como burros y atacaron como atacaron. El resto es historia...
#3 amodelcast.... Creo recordar
#6 Si. Yo hace mucho que entro en Menéame, al menos diez o doce años, pero solo leía los comentarios. Me registre hace año y medio, aprovechando un parón laboral, y que ya los críos van dando menos guerra. Y recuerdo que de buenas a primeras se empezaron a menear muchos de los artículos que hace el autor, y sé que hubo follón por tema de copyright, creo recordar. Y castra in Lusitania, que es como se llama la página, es una maravilla donde a menudo me pierdo entre sus múltiples artículos. Y el autor, un crack, que aparte del curro que se pega en la página, ha escrito unas cuantas novelas y responde a casi todos los comentarios que se le hace. Un rincón magnífico de internet...
#7 Todo cierto. Un grande