Cuando Phileas Fogg dio la vuelta al mundo en la archifamosa novela de Julio Verne, llegó a Londres un día antes de lo que pensaba, porque había olvidado retrasar el calendario un día al atravesar la línea internacional de cambio de fecha cruzándola de este a oeste. Ciento cincuenta años después cruzar esa línea imaginaria es mucho más común, fácil y barato, y cada día docenas de vuelos lo hacen en ambos sentidos. Y unos pocos lo hacen exactamente la noche en la que hemos decidido que acaba un año y empieza el siguiente. (...)
Comentarios
Esto de la nochevieja y la hora es mas cansino que los dibujos animados de Marco.
Pues por ejemplo uno que hice una vez (aunque no en fin de año): Tokyo - Chicago.
Gilipolleces para ricos