Hace 4 años | Por jm22381 a esa.int
Publicado hace 4 años por jm22381 a esa.int

Al tiempo que el satélite SMOS de la ESA celebra diez años en órbita, su lista de éxitos suma un nuevo resultado. Esta notable misión ha demostrado que puede emplearse para medir cómo la temperatura del manto de hielo antártico cambia con la profundidad y cómo es mucho más alta en el fondo. Esto es debido al calor geotérmico basal bajo la corteza terrestre. En ciertos lugares, la temperatura es lo bastante alta como para fundir el hielo, lo que explicaría la presencia de lagos y una vasta red hidrológica en el lecho rocoso.