Hace 9 años | Por CensuradoPorMen... a vice.com
Publicado hace 9 años por CensuradoPorMeneame a vice.com

Cada día, cientos de personas con problemas, abogados, polis y jueces dan forma a eso que llamamos "La Justicia". Un día decidí ir allí para ver cómo era eso.

Comentarios

D

Como siempre, Vice intenta ser original, no lo consigue, y acaba optando por retratar los aspectos menos luminosos de nuestro tiempo, rayando como siempre en lo grotesco.
Enhorabuena a los que buscan perder lectores tan rápido como los ganan.

Tartesos

#1 Animado por tu comentario, me he leido el artículo enterito. Has estado alguna vez en "los juzgados"? Por pitos o por flautas yo si he estado unas pocas de veces y el artículo parece un reflejo bastante fiel de lo que uno se encuentra por allá. Desde luego es un sitio oscuro, metafóricamente hablando, y también grotesco, pero asi son. Tristes y tensos. No son sitios donde suele gustar ir por diversión. Eso si, son sitios muy reales, muy jodidos, nada que ver con Ally McBeal o Juzgado de Guardia.

Así que, en definitiva, me parece que el artículo está muy bien escrito y es bastante fiel, al menos a lo que le pasó al autor en los juzgados de Barcelona y que refleja, al menos en mi experiencia, la rutina conocida de esos lugares.

Y a propósito, este tipo de artículos, o mejor, este tema, debería salir más a menudo, aunque solo fuera para que la opinión pública presionara y que estos lugares tuvieran más recursos que hiciera de las experiencia de pasar por los juzgados algo más luminoso, más equilibrado y con mayor humanidad.

Cabre13

#1 ¿Vamos que lo que no te gusta es que traten de temas polémicos no?
¡Pues no les leas!

D

Yo una vez tuve un juicio (un chorizo que encontré saliendo de casa de un familiar con un saco al hombro como los cacos de los comics, por cierto que le cayeron dos años), como se retrasaba y estaba harto de esperar voy y me meto en la misma sala en el juicio anterior.

Era una familia, se habían peleado por una lechuga, los sentaron a los tres en el banco de los acusados, porque se habían denunciado todos unos a otros (el juez dijo algo como "Familia que se denuncia unida permanece unida") el caso es que se pusieron a divagar y cada cual contó su vida, me enteré de todo.

La pelea de la lechuga fue que había dos lechugas, pero el dueño (de la primera lechuga) pensaba que había solo una y cuando se encontró al hermano cortando la lechuga le entró un telele y se montó un cristo.

Y los tres (padre, hijo e hijo) más una colombiana novia de uno que esta allí con cara de "que hago yo aquí".

La palabra "lechuga" la repitieron como trescientas veces, todo giraba en torno a la lechuga.

A mí hasta me dieron ganas de ir a una verdulería y comprarle una lechuga a cada uno.

Ya llegué a un punto que cada vez que decían "lechuga" me entraba la risa, terminé que casi me da algo, pero en plan discreto, no sea que me fueran a echar de la sala o detenerme.

Desde entonces ya no miro a las lechugas de la misma manera.