Tradicionalmente se ha asociado el trabajo de diseño de interfaz con conceptos como el de usabilidad o creación de credibilidad y confianza. El interfaz de un producto digital debería ser un facilitador cara al usuario, mostrando una clara orientación social, un vehículo que conjugase de manera equitativa las necesidades de los usuarios y los legítimos objetivos de negocio de las empresas. Sin embargo son cada vez más comunes prácticas de diseño de interfaz poco éticas que rompen con el necesario balance entre usuarios y empresas.
Comentarios
Para mí el diseño es como una oficina de farmacia.