Una nueva tecnología que se reabsorbe en el cuerpo quiere ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes padecen enfermedades cardiacas, especialmente quienes sufren de la enfermedad de arterias coronarias (EAC). Un grupo de investigadores y el laboratorio médico Abbott desarrollaron una tecnología que se inserta en el corazón de manera parecida a un stent pero se disuelve en el organismo tras dos años de uso.
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