Hace 5 años | Por mainaberd a revista5w.com
Publicado hace 5 años por mainaberd a revista5w.com

Desde hace dos décadas, Mukwege opera gratuitamente a mujeres y niñas violadas. Algunas de las pacientes, desde ancianas a bebés, han sido torturadas tan brutalmente que es necesario reconstruirles el aparato reproductor, el urinario o incluso el digestivo. Su batalla empezó hace años con una frase: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén”. Esa oración, su decisión de no conformarse con ella, lo convirtió en doctor.