Hace 5 años | Por --48529-- a rtve.es
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A las puertas de los años veinte del siglo pasado, en un Madrid congestionado por tranvías, carros de tracción animal y un creciente parque de vehículos privados, tres ingenieros plantearon la construcción de un ferrocarril subterráneo como los que ya funcionaban en París o Londres. Carlos Mendoza, Miguel Otamendi y Antonio González Echarte, se lanzaron a una osada aventura empresarial que logró reunir el capital necesario gracias al respaldo y la aportación económica de rey de España.