A partir del siglo XVIII, los ejércitos y agentes comerciales del Imperio británico se adentraron en territorios “menos civilizados”, fruto de una agresiva política colonialista e imperialista. Uno de sus dominios más importantes en este periodo sería la India, que se convertiría en sinónimo de la dominación británica en el Oriente.
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Si hubiese habido más balcón por allá