Hace 5 años | Por --573015-- a eldiario.es
Publicado hace 5 años por --573015-- a eldiario.es

La mentira es un atributo casi inherente a la historia de la fotografía. No resulta extraño descubrir que algunas capturas tienen poco de "instante decisivo" y mucho de escenificación, ya sean besos furtivos o milicianos muertos en mitad de la batalla. Lo representado está lejos de ser un relato sin contaminar por quien aprieta el disparador, pero no evita que tengan que pasar años hasta que alguien lo descubra. En ocasiones, hasta son necesarias décadas. Es lo que ha ocurrido con Madre migrante, un icónico retrato realizado por Dorothea Lange

Comentarios

D

El límite está en que la foto refleje una realidad. Un retoque estético no cambia la realidad (como el caso del dedo eliminado en la foto de Dorothea Lange). Añadir humo y explosiones en una foto bélica o poner a gente a fingir que hace algo, sí es manipulación de la realidad.