Publicado hace 2 años por me_joneo_pensando_en_ti a mundo.sputniknews.com

Un grupo surgido en Madrid a mediados de los 70 como excursionistas de montaña derivó en una formación filonazi donde los líderes abusaban de los niños captados. "Nos creíamos con poder, en posesión de un secreto que nadie sabía". "Me sentí usado. Nunca se me olvidará. Era una impotencia absoluta". Ambas frases provienen de antiguos miembros de Edelweiss y, aunque parecen opuestas, concentran lo que significó aquel periodo en sus vidas: seguridad, confianza, pertenencia a un grupo, y a la vez temor, trauma, vacío.

Comentarios

D

Como Podemos lol lol lol

me_joneo_pensando_en_ti

Porque, como todos los colectivos de este tipo, el estado de sus integrantes cabalga de un extremo a otro. Quizás es ese péndulo emocional el que facilita otros rasgos comunes: el silencio, la obediencia, la lealtad.

Repite el mismo patrón que en el resto de asociaciones de este tipo, con otro más: la existencia de un líder fuerte, carismático, que maneje ese pinball sentimental. Y ellos lo tenían. Se llamaba Eduardo González, más conocido como Eddie, y fundó en 1971 Edelweiss, secta que tuvo en España poco más de una década de vida. Durante ese espacio temporal, se dedicó a montar un grupo de estética filonazi (él era un antiguo legionario con querencia por el Tercer Reich) que reclutaba a niños de entre 10 y 15 años con el señuelo de librarse de una catástrofe y que escondía toda una maquinaria de abusos.

Ripio

#1 Es multiduplicada.

D

#1 Sí sí, de un extremo a otro, por eso la estética filonazi. Si es que todos son iguales roll