Hace 5 años | Por ccguy a lasoga.org
Publicado hace 5 años por ccguy a lasoga.org

Había un ministro en España que tenía un amigo. El pasado del amigo no era exactamente intachable: había una especie de «escándalo de tiendas de guerra» en su pasado, pero el ministro estaba ansioso por meter a su amigo en el gabinete. Y el ministro, que era lo suficientemente poderoso para ignorar sus propias debilidades, no tenía ninguna duda de que su nominación sería aceptada. Es tristemente cierto que la corrupción en el servicio público no ha sido precisamente algo raro en España, y no se considera nada demasiado serio.