Miguel Villarroya, jefe del Estado Mayor de la Defensa, ha comunicado que se ha puesto en marcha la Operación Balmis para luchar contra el coronavirus. El nombre del operativo hace referencia a la hazaña del médico español que protagonizó la primera expedición sanitaria internacional de la historia para llevar la vacuna de la viruela al resto del mundo inoculada en el cuerpo de niños.
FRAN ARMESTO
27/11/2019 10:12 H
El 30 de noviembre de 1803 la corbeta María Pita zarpó del puerto coruñés, iniciando la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Fue el primer programa oficial de vacunación masivo realizado en el mundo, y respondía a un programa de Gobierno organizado y financiado por España. Por eso se crearon todos los documentos necesarios para que contara con el obligado apoyo de las autoridades e instituciones americanas y filipinas. El objetivo era proteger a la población contra la viruela y enseñar la técnica de inoculación y la forma de conservar el fluido vacunal. Así la vacuna pudo difundirse libremente por el mundo y salvar millones de vidas. Además, por orden real no podría ser objeto de comercio ni beneficio particular alguno.
La expedición de la vacuna se llevó principalmente a todos los rincones de América, pero siguió también una travesía que la llevó a dar la vuelta al mundo. Durante siete años los expedicionarios cruzaron océanos, selvas y cordilleras, sufrieron las fatigas del calor y de la enfermedad, lucharon contra rechazos sociales y vencieron trabas burocráticas para que la vacuna contra la viruela llegara a todas las gentes de las tierras por donde pasaban. Y algunos también se dejaron la vida en este objetivo.En su origen, la iniciativa respondió a las solicitudes de ayuda que procedían de lejanos territorios españoles que pedían medios para luchar contra la terrible enfermedad. La vacuna se había difundido por Europa, pero no había llegado a América, pues no había ningún método eficaz para conservar el material vacunal durante la larga travesía del Atlántico, de algo más de dos meses. ISABEL Y SUS NIÑOSLa vacunación consistía en inocular el fluido fresco de las pústulas que aparecían en las personas que habían sido vacunadas recientemente (no podían haber sufrido la enfermedad, pues si la hubieran pasado serían inmunes). Pero estas pústulas solo duraban unos días, así que para mantener activa la vacuna durante la travesía del Atlántico se programó una cadena de niños. Cada semana de inoculaba a dos de los niños el material obtenido de las pústulas de los vacunados en la semana anterior, pasándola de brazo a brazo.Isabel Zendal, rectora del hospicio coruñés, acompañó y cuidó durante la travesía a 22 niños de entre 3 y 9 años, convirtiéndose en la primera mujer que participó oficialmente en una expedición marítima. Y se eligieron los niños mantenidos en las casas de expósitos de la ciudad coruñesa porque se deseaba que estuvieran familiarizados con el mar.
En el Parrote de Coruña hay un monumento dedicado a la expedición Balmis.
No tengo yo muy claro que la sangre de los adultos estuviera precisamente muy limpia. Vamos, que igual te vacunaban de la viruela pero te metían la sífilis.
Comentarios
FRAN ARMESTO
27/11/2019 10:12 H
El 30 de noviembre de 1803 la corbeta María Pita zarpó del puerto coruñés, iniciando la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Fue el primer programa oficial de vacunación masivo realizado en el mundo, y respondía a un programa de Gobierno organizado y financiado por España. Por eso se crearon todos los documentos necesarios para que contara con el obligado apoyo de las autoridades e instituciones americanas y filipinas. El objetivo era proteger a la población contra la viruela y enseñar la técnica de inoculación y la forma de conservar el fluido vacunal. Así la vacuna pudo difundirse libremente por el mundo y salvar millones de vidas. Además, por orden real no podría ser objeto de comercio ni beneficio particular alguno.
La expedición de la vacuna se llevó principalmente a todos los rincones de América, pero siguió también una travesía que la llevó a dar la vuelta al mundo. Durante siete años los expedicionarios cruzaron océanos, selvas y cordilleras, sufrieron las fatigas del calor y de la enfermedad, lucharon contra rechazos sociales y vencieron trabas burocráticas para que la vacuna contra la viruela llegara a todas las gentes de las tierras por donde pasaban. Y algunos también se dejaron la vida en este objetivo.En su origen, la iniciativa respondió a las solicitudes de ayuda que procedían de lejanos territorios españoles que pedían medios para luchar contra la terrible enfermedad. La vacuna se había difundido por Europa, pero no había llegado a América, pues no había ningún método eficaz para conservar el material vacunal durante la larga travesía del Atlántico, de algo más de dos meses. ISABEL Y SUS NIÑOSLa vacunación consistía en inocular el fluido fresco de las pústulas que aparecían en las personas que habían sido vacunadas recientemente (no podían haber sufrido la enfermedad, pues si la hubieran pasado serían inmunes). Pero estas pústulas solo duraban unos días, así que para mantener activa la vacuna durante la travesía del Atlántico se programó una cadena de niños. Cada semana de inoculaba a dos de los niños el material obtenido de las pústulas de los vacunados en la semana anterior, pasándola de brazo a brazo.Isabel Zendal, rectora del hospicio coruñés, acompañó y cuidó durante la travesía a 22 niños de entre 3 y 9 años, convirtiéndose en la primera mujer que participó oficialmente en una expedición marítima. Y se eligieron los niños mantenidos en las casas de expósitos de la ciudad coruñesa porque se deseaba que estuvieran familiarizados con el mar.
En el Parrote de Coruña hay un monumento dedicado a la expedición Balmis.
Si es cierta la teoría de que están aplicando el plan Boris, el nombre es muy apropiado.
Muy bueno, escogió a niños de orfanatos mejor que hombres voluntarios.
#1
No tengo yo muy claro que la sangre de los adultos estuviera precisamente muy limpia. Vamos, que igual te vacunaban de la viruela pero te metían la sífilis.
Balmis = Simlab ?