Publicado hace 2 años por Jai077 a cristianparaguayo.blogspot.com

El sabor de una comida puede transportarnos en el tiempo. A veces no sabemos lo que guardamos en la memoria, hasta que un toque de los sentidos abre la puerta de los días que creíamos olvidados. Esta semana he vuelto a probar, tras muchos años sin hacerlo, un plato de kumandá (o poroto, habas), aquel plato al quer solía invitarme en Paraguay la anciana Ña Lucila y que, pese a lo modesto que es, consideraba la mejor comida del mundo.

Comentarios

O.OOЄ

Spoiler: Has leído mal.

k

#1 Lo leí bien, pero pensé que se habían equivocado al escribirlo

b

#1 sal de mi cabeza...

Arzak_

Maldita dislexia lujuriosa wall

Pacman

#4 juluriosa, pues.