Obviamente Elvira Lindo es la bestia. Le tengo un asco que no puedo con él. Escribe un libro sobre un chaval de mi edad que es del mismo distrito que yo. Nos obligan a leerlo en el colegio y traen a la autora, ella, para que le podamos hacer preguntas sobre el libro. Llevabamos preguntas escritas que había aprobado nuestra profesora de lengua, pero al final nos pusimos a improvisar preguntas que no eran las acordadas.
A nosotros, que usábamos 6º de EGB el proceso de escribir el libro o de ser autor nos importaba un pimiento. Nos interesaba saber sobre los personajes del mismo, su inspiración para recrearlos, es decir, que había de cierto en ellos, y que iba a ser de ellos en el futuro, es decir, cual que nos deparaba el futuro a nosotros, chavales de una clase cualquiera de un colegio cualquiera de Carabanchel que acababan de leer un libro protagonizados por otros chavales de su barrio y de su edad.
Así que Elvira Lindo se salió por la tangente, se hizo ella misma las preguntas y se las respondió y en general fue completamente desagradable. Imagino que mi colegio no fue el primer colegio al que fue a presentar el libro ni nosotros los primeros escolares a los que se enfrentaba.
Debería ponerme a escribir cuento de unos chavales que leen Manolito Gafotas.
Comentarios
Obviamente Elvira Lindo es la bestia. Le tengo un asco que no puedo con él. Escribe un libro sobre un chaval de mi edad que es del mismo distrito que yo. Nos obligan a leerlo en el colegio y traen a la autora, ella, para que le podamos hacer preguntas sobre el libro. Llevabamos preguntas escritas que había aprobado nuestra profesora de lengua, pero al final nos pusimos a improvisar preguntas que no eran las acordadas.
A nosotros, que usábamos 6º de EGB el proceso de escribir el libro o de ser autor nos importaba un pimiento. Nos interesaba saber sobre los personajes del mismo, su inspiración para recrearlos, es decir, que había de cierto en ellos, y que iba a ser de ellos en el futuro, es decir, cual que nos deparaba el futuro a nosotros, chavales de una clase cualquiera de un colegio cualquiera de Carabanchel que acababan de leer un libro protagonizados por otros chavales de su barrio y de su edad.
Así que Elvira Lindo se salió por la tangente, se hizo ella misma las preguntas y se las respondió y en general fue completamente desagradable. Imagino que mi colegio no fue el primer colegio al que fue a presentar el libro ni nosotros los primeros escolares a los que se enfrentaba.
Debería ponerme a escribir cuento de unos chavales que leen Manolito Gafotas.