Publicado hace 5 años por aunotrovago a intrinsecoyespectorante.blogspot.com

En un caluroso día de verano en Rawlins (Wyoming) 1911, una multitud loca por el béisbol observaba al lanzador Thomas Cameron lanzar una bola rápida. La pelota se volvió loca, golpeando al jugador contrario en el hombro izquierdo antes de rebotar en las gradas, permitiéndole tomar la primera base. Cameron se estaba muriendo en el montículo. En más de un sentido.

Comentarios

m

Interesante historia pero muy mal redactada.