Érase una vez, un mundo donde la esclavitud se compraba, y además, costaba bien cara. Un mundo donde los esclavos se llamaban seres humanos, y donde los amos, eran conocidos como smartphones.
Igual que cuando nos dió por cocinar la carne, esclavos de la puta cocina, pudiendo seguir comiendo carne cruda o arbustos...
Más esclavos éramos antes, que para ver a alguien tenías que desplazarte, llamar al timbre (otro amo opresor), y esperar a ver si estaba.
Y los coches..
Y cualquier comodidad como llevar ropa...
Pero me contradigo y digo que vale, que tiene razón, es vergonzoso pasear por la calle, más de la mitad de la gente, con la cabeza baja mirando el aparatito.
#3 Muchas gracias por tu giro final. Somos esclavos de tantas cosas...pero ahora los móviles han pasado desde hace mucho el límite entre necesidad y obsesión.
#3 No exageres, hombre, comparar un aparato del que podemos prescindir la mayor parte del tiempo con cocinar la comida...
Está claro que los smartphones suponen un avance pero para algunas personas el nivel de dependencia comienza a rozar la adicción. Eso por no hablar de la cantidad ingente de datos personales que estamos regalando a compañías privadas y/o agencias gubernamentales.
Comentarios
Cortazar lo explico mucho mejor con relojes -> http://www.lainsignia.org/2001/enero/cul_030.htm
#1 Gracias!
#1 Hoy en día la libertad se mide en bolardos.
Igual que cuando nos dió por cocinar la carne, esclavos de la puta cocina, pudiendo seguir comiendo carne cruda o arbustos...
Más esclavos éramos antes, que para ver a alguien tenías que desplazarte, llamar al timbre (otro amo opresor), y esperar a ver si estaba.
Y los coches..
Y cualquier comodidad como llevar ropa...
Pero me contradigo y digo que vale, que tiene razón, es vergonzoso pasear por la calle, más de la mitad de la gente, con la cabeza baja mirando el aparatito.
#3 Muchas gracias por tu giro final. Somos esclavos de tantas cosas...pero ahora los móviles han pasado desde hace mucho el límite entre necesidad y obsesión.
#3 No exageres, hombre, comparar un aparato del que podemos prescindir la mayor parte del tiempo con cocinar la comida...
Está claro que los smartphones suponen un avance pero para algunas personas el nivel de dependencia comienza a rozar la adicción. Eso por no hablar de la cantidad ingente de datos personales que estamos regalando a compañías privadas y/o agencias gubernamentales.