Hay ciertas cosas que es mejor contarlas con una anécdota, sobre todo si se quiere evitar decir palabras gruesas o regresar al manido camino de que todo es una mierda. Además, las anécdotas históricas nos ayudan a constatar que algunos problemas vienen de lejos.
#1 Es que además no es actual. Antaño, a deducir por el relato, los nombramientos se hacían siguiendo una lógica irracional. Ha día de hoy, la parte de 'lógica' ha desaparecido de la ecuación.
Se nombra a Ana Mato de ministra de sanidad, una señora cuyo principal contacto previo con la sanidad habrá sido preguntarle a su nani 'para qué es eso del Dalsi, que les das a los niños cuando tienen fiebre'.
Se nombra ministro de educación y cultura a Wert, un cavernicola maleducado que no distingue un colegio de una charcutería.
Tenemos de ministro de economía a De Guindos, un ex asesor de Lehman Brothers cuyos vaticinios y recomendaciones publicados en su etapa de asesor económico, habrían conducido a la ruina absoluta a cualquiera que los hubiese seguido.
Un minitro de interior cuya principal fortaleza es su confianza en virgenes y santos para ayudarle a mantener el orden...
Echegaray se sentiría tuerto en país de ciegos...
Comentarios
A lo mejor tenía que haberlo puesto en actualidad, pero joder... Un tema del siglo XIX...
#1 Pues sí señor, tiene usted toda la razón. Puede estar perfectamente en "actualidad".
#1 Es que además no es actual. Antaño, a deducir por el relato, los nombramientos se hacían siguiendo una lógica irracional. Ha día de hoy, la parte de 'lógica' ha desaparecido de la ecuación.
Se nombra a Ana Mato de ministra de sanidad, una señora cuyo principal contacto previo con la sanidad habrá sido preguntarle a su nani 'para qué es eso del Dalsi, que les das a los niños cuando tienen fiebre'.
Se nombra ministro de educación y cultura a Wert, un cavernicola maleducado que no distingue un colegio de una charcutería.
Tenemos de ministro de economía a De Guindos, un ex asesor de Lehman Brothers cuyos vaticinios y recomendaciones publicados en su etapa de asesor económico, habrían conducido a la ruina absoluta a cualquiera que los hubiese seguido.
Un minitro de interior cuya principal fortaleza es su confianza en virgenes y santos para ayudarle a mantener el orden...
Echegaray se sentiría tuerto en país de ciegos...