Hace 1 año | Por Skar2791 a abc.es
Publicado hace 1 año por Skar2791 a abc.es

La Compañía Nacional de Teatro Clásico estrena 'Valor, agravio y mujer', de la semidesconocida Ana Caro de Mallén, con dirección de Beatriz Argüello

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themarquesito

Doña Ana Caro de Mallén, de la cual sólo se conservan cuatro obras atribuidas con seguridad, era realmente buena. No en vano Luis Vélez de Guevara la calificaba de "décima musa sevillana".
Posiblemente haya varias obras suyas atribuidas a Tirso de Molina y a Lope de Vega, dramaturgos a los que se les adjudicaron las paternidades de muchas obras ajenas al haber sido autores que estuvieron de moda largas temporadas.

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Hay otros testimonios también interesantes sobre Ana Caro de Mallén. Alonso del Castillo Solórzano da noticia de una afamada representación que hizo para los reyes:
Acompáñala en Madrid doña Ana Caro de Mallén, dama de nuestra Sevilla, a quien se deben no menores alabanzas, pues con sus dulces y bien pensados versos suspende y deleita a quien los oye y lee; esto dirán bien los que ha escrito a toda la fiesta que estas Carnestolendas se hizo en el Buen Retiro, palacio nuevo de Su Majestad y décima maravilla del orbe, pues trata della con tanta gala y decoro como mereció tan gran fiesta, prevenida muchos días antes para divertimiento de las Majestades Católicas.

El licenciado Rodrigo Caro, famoso autor de materias sevillanas no escatima buenas palabras para doña Ana, de quien no descartamos que fuera pariente:
Doña Ana Caro, insigne poeta, que ha hecho muchas comedias, representadas en Sevilla, Madrid y otras partes con grandísimo aplauso y ha hecho otras muchas y varias obras de poesía, entrando en muchas justas literarias, en las cuales casi siempre se le ha dado el primer premio

Por último, se hace necesario incluir lo que de doña Ana dice la insigne escritora María de Zayas:
la señora doña Ana Caro, natural de Sevilla: ya Madrid ha visto y hecho experiencia de su entendimiento y excelentísimos versos, pues los teatros la han hecho estimada y los grandes entendimientos le han dado laureles y vítores, rotulando su nombre por las calles.

Doña María, por cierto, hace esta reflexión que hace casi a renglón seguido, que se puede calificar de feminista sin equivocarse uno ni un poco:
Puédese creer que si como a estas que estudiaron les concedió el cielo tan divinos entendimientos, si todas hicieran lo mismo, unas más y otras menos, todas supieran y fueran famosas.
De manera que no voy fuera de camino en que los hombres de temor y envidia las privan de las letras y las armas, como hacen los moros a los cristianos que han de servir donde hay mujeres, que los hacen eunucos por estar seguros de ellos.