Al contrario que la iglesia católica, la evangélica ha experimentado un ascenso fulgurante en los últimos años. Si en 2014 existían 599 lugares de culto en todo Madrid, cinco años después se pueden contemplar hasta 732. Los evangelistas son la confesión minoritaria más numerosa de España seguida de los musulmanes y de los testigos de Jehová.
#3:
La explicación es fácil. La iglesia católica se tiene que batir el cobre contra una población educada y hedonista. Sin embargo los evangelistas cazan en el coto de la ignorancia y la miseria.
#1:
Por un lado los evangelistas, por otro los musulmanes, y por otro los fundamentalistas católicos (kikos, legionarios,opus,...). "Recemos" para que no lleguen a ser nunca muchos.
La explicación es fácil. La iglesia católica se tiene que batir el cobre contra una población educada y hedonista. Sin embargo los evangelistas cazan en el coto de la ignorancia y la miseria.
#8 por lo menos tiene un ritmazo del carajo en sus misas y gente joven atendiendo, los curas de mi barrio se muerden los huevos de envidia cuando pasan frente a fabricas destartaladas que usan como lugares de culto.
Por un lado los evangelistas, por otro los musulmanes, y por otro los fundamentalistas católicos (kikos, legionarios,opus,...). "Recemos" para que no lleguen a ser nunca muchos.
En un periódico de tirada nacional y todavía ponen "evangelistas". Que es "evangélicos", hostia, ya. Evangelistas sólo son los 4 de los Evangelios: Juan, Mateo, Lucas y Marcos.
#11 Es que los pobres ya ni molestan llamando a las puertas, ahora se plantan estáticos en las plazas de cada ciudad con su carrito y sus folletos esperando que alguien pare para solicitarles información. Y no para ni Cristo para pedirles fuego
#11#14 Y no me extraña. Todo el mundo tiene su anécdota con los Testigos en la que les ha puesto en su sitio o les ha asustado o hecho alguna perrería.
Comentarios
La explicación es fácil. La iglesia católica se tiene que batir el cobre contra una población educada y hedonista. Sin embargo los evangelistas cazan en el coto de la ignorancia y la miseria.
#3 Un predicador evangélico vende la religión como un vendedor de coches de segunda mano, no como el muermo de la católica.
#8 por lo menos tiene un ritmazo del carajo en sus misas y gente joven atendiendo, los curas de mi barrio se muerden los huevos de envidia cuando pasan frente a fabricas destartaladas que usan como lugares de culto.
#12 Positivo por se muerden los huevos de envidia
La imagen de curas rodando cual bicho bola por el polígono lo merece
Por un lado los evangelistas, por otro los musulmanes, y por otro los fundamentalistas católicos (kikos, legionarios,opus,...). "Recemos" para que no lleguen a ser nunca muchos.
Habría que ilegalizar todas las organizaciones religiosas profesionales.
En un periódico de tirada nacional y todavía ponen "evangelistas". Que es "evangélicos", hostia, ya. Evangelistas sólo son los 4 de los Evangelios: Juan, Mateo, Lucas y Marcos.
Está bien que se repartan porque así no tienen fuerza para llegar al poder.
Estos tienen un modelo de franquicia, ¿no? No es un modelo de sucursales como los católicos.
Biff Tannen gobernando USA, iglesias y casas de apuestas por todos sitios... es como me imaginaba que sería 2020 🎵
#10 yo hecho en falta esas tiendas tan caracteristicas como las "Guns & Liquors!"
La lucha va a estar reñida entre el Opus y los evangelistas , ambos son de tener muchos hijos y churumbeles
Sin lugar a dudas, los evangelistas (y otras religiones) son poligoneros
¿Ya nadie se acuerda de los Testigos de Jehová? Ahí en la tercera división de la liga religiosa ... si es que dan ya hasta penica los pobres.
#4 Si vuelven a llamar a mi puerta, yo les pienso dar 10 minutos de conversación por lo menos. Fueron pioneros y ahora España les da la espalda.
#11 Es que los pobres ya ni molestan llamando a las puertas, ahora se plantan estáticos en las plazas de cada ciudad con su carrito y sus folletos esperando que alguien pare para solicitarles información. Y no para ni Cristo para pedirles fuego
#11 #14 Y no me extraña. Todo el mundo tiene su anécdota con los Testigos en la que les ha puesto en su sitio o les ha asustado o hecho alguna perrería.