Felipe III (1578-1621) nunca llegó a brillar fuera de la devoción religiosa, por la que ganó el sobrenombre de “El Piadoso”. La posteridad no iba a tratarle bien, al presentarle como un monarca perezoso, incapaz de gobernar por sí mismo. En el imaginario colectivo ha trascendido de él una imagen de monarca indolente. En el cuarto centenario de su muerte, recogemos la opinión de varios especialistas.
Comentarios
Pues el Felipe actual y su somnolencia le van a quitar el título.
Como casi todos los funcionarios vitalicios. Nada nuevo.
Felipe III, y el IV, y el V, y los Carlos, Fernando, ...
El concepto de saberse rey y que te traten mejor que a los demás te convierte en vago, vividor y putero, entre otras.
El sentido común responde: ¿Puede un rey no ser vago?
Como todos...
Felipe III y Felipe VI y todos los demás parásitos coronados.