Si hay un episodio en la historia de Delft que se puede considerar realmente identificativo sería la brutal explosión que la sacudió en 1654.Ocurrió el 12 de octubre de 1654, cuando explotó un polvorín alojado en las dependencias del viejo convento de las clarisas, en el distrito Doelenkwartier. Allí se guardaban casi treinta toneladas de pólvora y la deflagración resultó tan colosal que no sólo destruyó una cuarta parte de la ciudad sino que pudo oírse a un centenar de kilómetros.
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