Hace 4 años | Por Arariel a oscarenfotos.com
Publicado hace 4 años por Arariel a oscarenfotos.com

Una de las grandes trampas de la fotografía ha sido, desde su primer momento, la capacidad reproductora de lo aparente que tiene la cámara. Si la pintura había buscado durante siglos copiar con exactitud el mundo visible, la fotografía destruyó, de un golpe, esa pretensión llevándola a grados inverosímiles de precisión. La pintura siguió su camino, entonces, por rutas distintas. Pero a la fotografía le costó caro la afrenta: desde sufrir el desprecio de los artistas durante décadas hasta ser reducida a una mera función de copiado.