Hace 1 año | Por japego a noticiasdenavarra.com
Publicado hace 1 año por japego a noticiasdenavarra.com

A Francisco Mula Castro se lo tragó la tierra en 1937 y su familia nunca ha sabido donde paran sus restos. Es un exponente más del hacer de los golpistas. Dar visos de legalidad a la detención y perder por el camino al detenido. Las excavaciones de marzo de 2012 en un campo de Lanz, a la altura del desvío de la NA-121-A, fueron infructuosas. No se dio con su paradero pero, en desagravio, su hijo Ricardo Mula Roca, colocó un monolito en su memoria.