Algo similar ocurre con los humanos. Según una investigación de Carsten De Dreu , publicada en la revista Science en 2010, la oxitocina, "la hormona del amor", puede actuar como un arma de doble filo: por un lado consolida el amor del grupo y por el otro, despierta la agresividad hacia los demás. "Nuestros resultados sugieren que el comportamiento de cohesión del grupo entre los chimpancés frente a la amenaza exterior se apoya probablemente en el mismo mecanismo fisiológico sugerido para el altruismo parroquial humano.
Comentarios
En el fúrbol hay mucho amor y odio en las gradas.
#4 y en los subterráneos en hora pico ni te cuento...
Chimpances Podemitas anti-islamistas.
Nótese: oxitocina; del latín tocinus, cerdacus.
#1 Perdona, he visto que se te había caído esto. Un placer ayudar, así consigo oxitocina.
#2 Gracias. Aún hay buenos españoles como usted.
#1 media?type=comment&id=20971747&version=0&ts=1483310681&image.gif