Hace 3 años | Por Ripio a elconfidencial.com
Publicado hace 3 años por Ripio a elconfidencial.com

Sentadas a aquella mesa donde no cabía más poder, una de las noches de la conferencia de paz de Yalta, había tres mujeres que no habían ido a figurar. Se llamaban Sarah Churchill, Anna Roosevelt y Kathleen Harriman. Su contribución aquel mes de febrero de 1945 es bastante desconocida, pero fueron imprescindibles para ayudar a cerrar una guerra y evitar la siguiente.