En 1881, Alfred P. Southwick , dentista de Buffalo, Nueva York, con amplios conocimientos técnicos, presenció un caso inusual: un trabajador electrocutado por un generador eléctrico falleció instantáneamente, sin signos externos. Inspirado por el suceso, Southwick comenzó a experimentar con la electricidad como método de ejecución, con la hipótesis de que una descarga bien dosificada podía matar de forma rápida e indolora. Él y su colega, el médico George E. Fell, realizaron cientos de ensayos con animales callejeros
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etiquetas: silla eléctrica , historia
-A comprarle una silla eléctrica a mi hijo, el que es paralítico
-Hombre, tampoco será para tanto, no?
Hubiera podido librarse de que lo llamaran a filas en la Segunda Guerra Mundial, pero no quiso. De todas formas solo estuvo en unas oficinas.(y volvió a casa con dos medallas... )