Hace 3 años | Por Mysanthropus a smithsonianmag.com
Publicado hace 3 años por Mysanthropus a smithsonianmag.com

Al igual que las plantas de energía nuclear y las redes informáticas sensibles, las colecciones de libros raros más seguras están protegidas por lo que se conoce como “defense in depth”, una serie de pequeñas medidas superpuestas diseñadas para frustrar a un ladrón que podría superar un solo elemento disuasorio. Oliver Room, hogar de los archivos y libros raros de la Carnegie Library de Pittsburgh, se acercaba al ideal platónico de este concepto. Greg Priore, director de la sala a partir de 1992, lo diseñó de esa manera.

Comentarios

Mosquitocabrón

¡Qué cabronada!

DogSide

#2 Lo expresó muy bien la directora de las Bibliotecas de la Universidad de Pittsburgh, Kornelia Tancheva, que escribió que el robo de un libro raro, “especialmente de una biblioteca pública, es un crimen atroz contra la integridad del registro cultural y contra el bien público”.

Eso sí, tendrían que revisar lo que pagan (o pagaban) al director de la sala, Greg Priore, que fué el autor material del expolio continuo, por que Todos los indicios sugieren que él estaba perpetrando sus crímenes no para enriquecerse sino, como le dijo a la policía, simplemente para mantenerse “a flote”. Por ejemplo, en el otoño de 2015, Priore escribió un correo electrónico a la escuela Ellis solicitando una extensión de los pagos de matrícula. . “Estoy tratando de hacer malabarismos con los pagos de matrícula para 4 niños”

Y a eso hay que añadir que tampoco podía pagar el alquiler del piso donde vivía: A few weeks later, he asked Duquesne officials to lift a hold on accounts assigned to two of his children, since he had made overdue tuition payments. In February 2016, Priore asked his landlord for an extension, falsely claiming his wife had missed work because of a heart attack. The rent was four months past due.

Mosquitocabrón

#3 Lo he leído, precisamente por eso me parece una cabronada, se hizo pasar por un amante de los libros.
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