Publicado hace 12 horas por Cuchipanda a historiasdearteyguerra.blogspot.com

La rapiña de los nacionalistas llega también a los pueblos más recónditos. Pueblos que no conocen la luz eléctrica, ni han visto jamás un automóvil, ahora lo conocen ya. Aparecen los falangistas armados con fusiles y pistolas, con las insignias monárquicas y las cinco flechas mortíferas de las que cuelgan cristos y medallas. Llegan en los coches requisados o usurpados, si sus dueños fueron hombres liberales o de izquierda, a estos lugares inexplorados, para arrancar a los campesinos un saco de patatas, un puñado de judías, un montón de maíz ...

Comentarios

Kantinero

Mis paisanos gallegos, de vocación sumisos

Acémila

#1 Depende.

malajaita

Pedazo de artículo, al principio con el título anduve despistado, pensé que era de cuando Sun Tzu anduvo por Ferrol.

m

Sería un detalle que empezasen a dejar de llamarles nacionales o nacionalistas y que les llamasen sublevados.

Acémila

#3 La historia la cuentan los ganadores, chico.

"Sublevados" también los dulcifica de carallo. Uno tiene la obligación de sublevarse ante la injusticia. Un sublevado puede ser un gran hombre.

"Cristofascistas" se le va acercando.