Poco antes de romperle los dientes en un baño del hotel Alvear repasamos con atención sus cartas anónimas y finalmente accedimos a su historial psiquiátrico, y todos tuvimos entonces la plena certeza de que no se trataba de una mera fantasía: tenía efectivamente un afilado puñal de plata y llevaba cinco años pensando en matar a Arturo Pérez-Reverte. El asunto se inició hace un tiempo, cuando comenzaron a llegar a la sede porteña de Random House Mondadori sobres sin remitente; contenían los textos narrados a mano, con letra apretada y...
Comentarios
"El hombre que quería... etc... etc..."
(destripe o spoiler)
...y al final no lo consiguió. Pérez sigue vivo.
(El próximo intento que lo cuenten solo si resulta exitoso).
#6 Pues menos mal que no lo consiguió. Sería terrible que Pérez Reverte se convirtiera en un mártir
Buen relato. Esta muy bien escrito y tiene la gracia de jugar la posible veracidad de la historia.
... despareja, de un ciudadano argentino que leía obsesivamente la obra del escritor español. Las primeras cartas permanecieron meses sin ser abiertas, arrumbadas en un depósito. Algunos fans no se contentan con utilizar el correo electrónico; por alguna extraña razón son proclives al papel y mandan a sus figuras adoradas misivas manuscritas o mecanografiadas y carpetas personales con novelas inéditas y cuentos y manifiestos y fotos y publicaciones amarillentas, que a veces llegan a destino y, en otras ocasiones, se pierden por el camino o duermen para siempre el sueño de los justos...
Es algo largo pero engancha. Aunque con otros personajes lo hubiera disfrutado más. Y hay veces que se rompe la suspensión de credibilidad y ahí pierde fuelle. Está bien supongo.
Muy bueno. Sobre todo para quienes leemos con frecuencia los artículos de Reverte y conocemos ciertos detalles personales.
No está mal. Me ha gustado la historia.