La concesión del Premio Nobel a Kazuo Ishiguro es una excusa para reflexionar sobre la importancia del Premio Nobel y sobre la tendencia, dentro del mundo literario, a la rivalidad entre lectores y al fanatismo absurdo.
Algunos conspiranoicos de los nobel no alcanzan a entender que esos premios los otorga una entidad privada con unos criterios propios y una gratificación económica que sale de su bolsillo, no deberían estar obligados a atender a idiotas que se creen con derecho a intervenir en dicho proceso.
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Algunos conspiranoicos de los nobel no alcanzan a entender que esos premios los otorga una entidad privada con unos criterios propios y una gratificación económica que sale de su bolsillo, no deberían estar obligados a atender a idiotas que se creen con derecho a intervenir en dicho proceso.