Botado el 30 de agosto de 1930, este transatlántico de la compañía Ward Line sólo llegó a navegar cuatro años pero influyó de forma decisiva en la revisión de las medidas de seguridad naval. Pero empecemos por el principio. El navío fue destinado a realizar viajes entre Nueva York y La Habana (de ahí su nombre: el Castillo del Morro es la fortaleza española que protegía el puerto de la capital cubana), una ruta que la Ward Line operaba desde hacía décadas.
. Primero, el capitán, Robert Willmott, murió de un paro cardíaco tras comer y empezar a sentirse mal. Al cabo de unas horas, la madrugada del día 8, se desató un incendio que resultó incontrolable y enseguida se extendió por la mitad delantera de la nave. La situación se agravó a los 20 minutos al quemarse el sistema eléctrico y quedar el buque sumido en la oscuridad, dejando fuera de servicio la radio; apenas hubo tiempo de mandar un único SOS.
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. Primero, el capitán, Robert Willmott, murió de un paro cardíaco tras comer y empezar a sentirse mal. Al cabo de unas horas, la madrugada del día 8, se desató un incendio que resultó incontrolable y enseguida se extendió por la mitad delantera de la nave. La situación se agravó a los 20 minutos al quemarse el sistema eléctrico y quedar el buque sumido en la oscuridad, dejando fuera de servicio la radio; apenas hubo tiempo de mandar un único SOS.
Recomiendo el artículo de Jar Torre: http://www.grijalvo.com/Jar/Morro_Castle.html