Casi todo lo que hoy en día se nos vende en el mundo de la cultura como «independiente» tiene un tufillo peligrosamente pedante: la música, el cine, la literatura… La coletilla de independiente, como la mayoría de etiquetas, es difusa, ambigua, y a veces esconde un esnobismo intelectual que un librero que sobrevive en las trincheras no puede sino identificar como la peor manifestación de seudosuperioridad moral existente.
Bueno, voy a quedarme a ver si alguien con más energía que yo contesta al autor y/o al tal Luciano que comenta en la página algo así como que dime de qué presumes y te diré de qué careces porque a ver quién es el que se arroga la superioridad moral...
Leete alguna perla de un critico musical llamado G. Sanz... si buscas, hay mas
he aqui un ejemplo:
Se trata de un sonajero que se cimbrea entre el pop pre-Beatles y la tropicalia, entre el glam de T.Rex y el lo-fi electro, entre el pastiche de Frank Zappa y el folk de alta digitación. Revitalizado en el amor de la fotógrafa y diseñadora Serbia Ana Kras, con quien comparte la muy sexy Your Fine Petting Duck, el Niño Rojo se divierte cantándole a la mística Hildegarda de Bingen, recordando la cola de un concierto de Suede o fusilando el riff del clásico reggae Uptown Top Ranking. Bendita dispersión
Comentarios
#0 Yo diría I de imbécil en muchos casos.
Bueno, voy a quedarme a ver si alguien con más energía que yo contesta al autor y/o al tal Luciano que comenta en la página algo así como que dime de qué presumes y te diré de qué careces porque a ver quién es el que se arroga la superioridad moral...
El rollete hispter y gafapastil así como el panorama independiente apesta a adultos inmaduros acomplejados
Leete alguna perla de un critico musical llamado G. Sanz... si buscas, hay mas
he aqui un ejemplo:
Se trata de un sonajero que se cimbrea entre el pop pre-Beatles y la tropicalia, entre el glam de T.Rex y el lo-fi electro, entre el pastiche de Frank Zappa y el folk de alta digitación. Revitalizado en el amor de la fotógrafa y diseñadora Serbia Ana Kras, con quien comparte la muy sexy Your Fine Petting Duck, el Niño Rojo se divierte cantándole a la mística Hildegarda de Bingen, recordando la cola de un concierto de Suede o fusilando el riff del clásico reggae Uptown Top Ranking. Bendita dispersión
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#3 Voy a vomitar