El estudio ha analizado a 546 personas de entre 18 y 49 años que han sufrido un ictus sin causa aparente y ha comparado sus hábitos con un grupo de control de la misma edad y sexo. Los resultados muestran que el 33% de las personas afectadas fumaban, en comparación con el 15% del grupo sin ictus. Las conclusiones son claras: las personas fumadoras tienen más del doble de riesgo de sufrir un ictus sin causa aparente. Este riesgo aumenta según la cantidad de tabaco consumido: fumar más de 20 paquetes al año cuadruplica el riesgo.
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