Pino Maniaci debería estar muerto, pero la muerte pertenece a esa amplísima categoría de cosas que «le rompen los cojones». Como la Mafia, los políticos, la omertá, la antimafia o los teóricos del periodismo. Rompicoglioni todos. Enciende otro cigarrillo —porque Pino siempre está encendiendo el próximo cigarrillo— y masculla el proverbio siciliano: «No voy a morir, ni aunque me maten». Además de una bravuconada es la única forma que ha encontrado de epatar al interlocutor para que no le produzca otro desgarramiento genital llamándole héroe.
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#0 ¿Has dicho mafia?
Traducir from lost to the river.