Cuando llegó el final de la Segunda Guerra Mundial 50 millones de personas habían fallecido. El mundo, pero principalmente Europa, quedaba devastada y la hambruna y las consecuencias de la cruenta contienda se prolongaron más allá del 8 de mayo de 1945. Austria y Alemania, los grandes derrotados, carecían de leña y de materias primarias para la supervivencia. Lejos de cualquier ideología, los inocentes niños eran el colectivo más vulnerable.
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Y mientras tanto los niños españoles muriendo de hambre
Curioso, aunque el titular es un poco para llamar más la atención que otra cosa. Le falta un poco de seguimiento a la noticia.