Hace 3 años | Por LibrosHoy a naiz.eus
Publicado hace 3 años por LibrosHoy a naiz.eus

La literatura de los nacionalismos europeos periféricos de Europa occidental se distinguió de la de los precoces nacionalismos periféricos de los imperios centro-orientales en que éstos se alimentaron de la Ilustración ya en el siglo XVIII, acabando por alcanzar su independencia en el siglo XX. En Europa central en cambio, véase Alemania e Italia, el poderoso nacionalismo de Estado desplegado para conseguir su independencia ahogó (en Alemania), o debilitó (en Italia) la emergencia de estos nacionalismos y de su producción cultural...

Comentarios

tiopio

El nacionalismo bueno siempre es el propio. Los demás son basura.

ofuquillo

La etiqueta de «ensayo» le queda un pelín grande al artículo, ¿no?
Seguramente, en un desarrollo más amplio -que seguro que el autor podría realizar- lo ahí vertido cobraría más sentido, pero lo escueto que es y la ausencia de referencias hace que, como comenta #2, destile una defensa política y victimista de la literatura periférica. Los ejemplos que indica el artículo, por cierto, no acabo de comprenderlos. ¿Acaso Valle-Inclán y Baroja no fueron referentes fundamentales del 98 con toda su manifiesta literatura periférica? El galleguismo y el vasquismo de ambos fueron -y siguen siendo- referencias tan fundamentales como el andalucismo posterior de García Lorca. ¿O es que el andalucismo no entraría en esa literatura de periferia?

LibrosHoy

... En los viejos Estados del Oeste europeo, con movimientos nacionalistas diferenciados del «volkstaat» (pueblo de Estado) por la lengua y, en unos pocos casos, por la religión, su acceso a una producción cultural y literaria propia se aplazó en muchos casos a fines del siglo XIX, e incluso al siglo XX. Las literaturas de estos nacionalismos, dentro de su diversidad, compartieron un cierto número de características: –La importancia en ellas de la memoria histórica conservada a nivel popular, tanto de las escasas victorias como de los hechos luctuosos, sobre todo cuando la derrota no había acabado con la voluntad de resistencia. Ello aproximó sus obras al romanticismo histórico...