Hace 9 años | Por malditascully a vice.com
Publicado hace 9 años por malditascully a vice.com

Todo comenzó como un plan para importar 25 parejas de castores desde Canadá a Tierra del Fuego con la idea de propiciar el negocio peletero en una región del continente sin mucha actividad económica. Pero la iniciativa se les ha ido de las manos. Desde que fueron introducidos en 1946 en un intento por comenzar una industria peletera, los castores han proliferado por la tierra más austral de Sudamérica, saturando el bosque y cambiando la morfología de una de las regiones más prístinas del mundo. Suena imposible, ¿verdad? Pero cuando...

Comentarios

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Parece interesante, pero yo no he conseguido pasar del primer resumen de la noticia.

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"Jamaica. En esa isla había serpientes venenosas en gran abundancia. Para librarse de ellas se decidió llevar a la isla el pájaro serpentario, destructor furibundo de serpientes venenosas. En efecto, poco tiempo después, el número de serpientes había disminuido considerablemente. En cambio, se multiplicaron de manera extraordinaria las ratas de campo, que antes eran devoradas por las serpientes. Las ratas ocasionaron daños tan terribles en las plantaciones de caña de azúcar que los habitantes del país se vieron obligados a buscar urgentemente la forma de exterminarlas. Es sabido que el mungo indio es enemigo de las ratas. Se tomó la decisión de llevar a la isla cuatro parejas de estos animales y de permitir su libre reproducción. Los mungos se adaptaron perfectamente a la nueva patria y pronto poblaron toda la isla. Al cabo de unos diez años, casi todas las ratas habían sido exterminadas. Pero entonces surgió una nueva tragedia: los mungos, al carecer de ratas, comenzaron a alimentarse de cuantos animales hallaban a su alcance, devorando cachorros, cabritillos, cerditos, aves domésticas y sus huevos. Al aumentar en número, empezaron a devastar los huertos, los sembrados y las plantaciones. Los habitantes iniciaron una campaña de exterminio de sus recientes aliados; sin embargo, consiguieron limitar únicamente en cierto grado los daños ocasionados por los mungos. "

http://www.librosmaravillosos.com/matematicarecreativa/capitulo06.html

Por cierto un estupendo libro el de Yakov I Perelman. Me enseñó mucho sobre los números cuando apenas me estaban enseñando a sumar.

También salió por aquí el famoso caso de los renos...