Cuando trato de escuchar las letras de ciertos reguetones me resulta difícil descubrir la nacionalidad de quien las canta. Todas suenan con un deje caribeño gangoso arrastradito que las une y confunde, más allá de identidades patrias. Es un avance extraordinario: siglos buscando esa unidad y ahora resulta que su germen más claro es ese acento tropical guasón que iguala a argentinos, colombianos, mexicanos, guatemaltecos, catalanas y los daddies portorricans. Así, el reguetón sigue su línea: demuestra que la famosa unión puede basarse en lo peor
|
etiquetas: reggaeton , latinoamérica