Hace 7 años | Por doctoragridulce a vozpopuli.com
Publicado hace 7 años por doctoragridulce a vozpopuli.com

Por factores ideológicos y culturales una mayoría de la sociedad rechaza que una parte de nuestros rasgos tiene una base biológica. Esta ceguera elegida, aunque en ocasiones sea comprensible, nos puede impedir hacer buenos diagnósticos y encontrar las mejores soluciones.

Comentarios

Adunaphel

Los peligros del tercer factor al que alude al final del artículo son suficientes para rechazar el argumento biológico salvo que esté probado fuera de toda duda:

Toca ahora aludir a un tercer factor. Justo es reconocer que en el rechazo a la noción del carácter biológico de ciertos rasgos (comportamientos, propensiones, carácter y otros) influyen también dolorosas experiencias. Sin ir más lejos, durante siglos se ha preterido y discriminado a las mujeres y, en numerosas ocasiones, se ha esgrimido para ello su supuesta inferioridad por (supuestas) razones de base biológica. Lo mismo cabe decir de personas de diferentes razas: siempre ha habido intentos de justificar la discriminación sobre la base de diferencias de esa naturaleza. Y si nos remitimos a las doctrinas raciales del III Reich o, sin ir tan lejos, a la forma en que fueron tratados los homosexuales, como Alan Turing, en un país tan civilizado como la Inglaterra de mediados de siglo XX, amparándose quienes avalaron y promovieron aquellas prácticas en nociones supuestamente científicas, no es raro que muchos sean reacios a aceptar argumentos de carácter biológico para dar cuenta de diferencias como las que estamos tratando aquí.