Hace 8 meses | Por Noctuar a eldiario.es
Publicado hace 8 meses por Noctuar a eldiario.es

En la Encyclopédie, el caballero de Jaucourt denuncia como causa de la existencia de la crueldad hacia los animales el prejuicio que hoy llamamos antropocentrismo moral. Al respecto, Vauvenargues, amigo de Voltaire, observaba en una de sus agudas máximas: «¿Debemos extrañarnos de que los hombres hayan creído que los animales han sido hechos para ellos si piensan de la misma manera sobre sus semejantes y la fortuna acostumbra a los poderosos a no tener en cuenta nada que no sea ellos mismos sobre la Tierra?»

Comentarios

B

Un artículo interesante, pero en el fondo todo se reduce a algo mucho más simple: a no destruir, a no dañar, de manera innecesaria o cuando no existe una justificación adecuada para ello. Porque si destruyes o dañas algo de manera innecesaria e injustificada, si algún día posterior lo necesitas cuando tengas justificaciones o necesidades más importantes y urgentes, ya no lo vas a tener.

Si algo, incluido un ser vivo, te beneficia, entonces cuídalo o benefícialo tú también a él o a ello. Si algo te perjudica, entonces combátelo y perjudícalo tú a él o a ello.

Si yo tuviera que elegir entre salvar de un incendio a un perro policía que ha salvado la vida de cientos de seres humanos en catástrofes, o a un Adolf Hitler, que ha causado exterminios humanos a escalas genocidas, yo elegiría pensando en lo más beneficioso para la supervivencia de la especie humana, y por tanto salvaría al perro.

La ética, pues, es relativa; todo se basa en justificaciones, en intercambios comerciales. Puede haber cosas que, consideradas en una primera instancia, pueden parecernos absolutamente horribles y malvadas, y sin embargo, las justificaciones provenientes del contexto o de las circunstancias nos llevan a cometerlas con toda la tranquilidad del mundo, incluso sintiéndonos plenamente justificados para ello. Por ejemplo, defendemos incluso como derecho el poder hacer nacer a nuestros propios hijos en la pobreza o la precariedad en los casos en que ello se nos vuelva necesario para ver colmados nuestros intereses personales (tener pensiones, satisfacer nuestros impulsos biológicos, divertirnos fantaseando sobre los ricos cabreados porque hemos hecho nacer a nuestros propios hijos en la pobreza, etc...).

En definitiva, se está enviando una noticia sobre ética hacia los animales a un sitio web donde se considera estupendo el hacer nacer a los propios hijos en la pobreza o la precariedad cuando ello se vuelve la única manera posible en que los padres pueden lograr alcanzar sus objetivos e intereses personales.