Hace 20 años, en el distrito Kanungu, en el suroeste de Uganda, cientos de personas fueron encerradas dentro de una iglesia y sus líderes le prendieron fuego desde afuera.Dos décadas después, el horror del evento sigue persiguiendo a Ariho, quien parece ser capaz de lidiar con el trauma al cerrarse a las emociones. Los muertos eran miembros del Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios, una secta del "día del juicio final" que creía que el mundo se acabaría a comienzos del milenio.
Comentarios
Menos mal que no fue una secta musulmana.
#1 Los musulmanes son mas de degollar que de quemar vivos...
#1 Es la misma basura abrahámica.
Mientras se maten entre ellos...