Publicado hace 9 años por alvaro.rey a thecreatorsproject.vice.com

Cuando hablamos de efectos especiales solemos pensar inmediatamente en los preciosos efectos generados por ordenador que se utilizan hoy en día en las películas. Pero aunque los ordenadores están asumiendo cada vez más la responsabilidad de estos efectos en el cine, hubo un tiempo en el que gran parte de esta magia era posible gracias a un trabajo hecho a mano.

Comentarios

Brill

Me encantan los escenarios pintados a mano... en parte es porque me crié en los 80, y entonces eran omnipresentes en cualquier película fantástica que se preciara. Pero también hay motivos más objetivos: transmiten una sensación de "estar ahí" que los efectos por ordenador a veces no consiguen, y al ser obra de menos personal tienen una identidad artística más acusada.

D

#2 los efectos por ordenador pueden y de hecho consiguen, la misma sensación, pero hay que hacerlos bien. El problema actual radica en los plazos de ejecución pues se pide que se hagan rápidamente sin tener en cuenta que son tan complejos (o más) de hacer bien como lo era pintar esos fondos matte.

Brill

#3 No tengo ningún problema con los efectos por ordenador cuando están bien hechos. Desgraciadamente, no siempre es así.

Lo que quería decir es que los fondos a mano sí dan la sensación física de estar ahí que a veces falla en las imágenes por ordenador, y que tienen más personalidad porque suelen ser obra de menos gente que el CGI. Lógicamente, en este último caso, la culpa no es del medio sino de los artistas.

Para mí lo ideal sería una mezcla de ambas técnicas, que me parece que es lo que vemos ahora frente a los años 90, donde todo era CGI y cantaba que daba gusto.

D

#4 ten en cuenta que muchos mattes de aquella época no eran simplmente planos, sino que empleaban miniaturas acopladas para realzar el efecto de profundidad (trampantojo)